Embajadores de marca, cuando el amor salta de la publicidad a la realidad
Branding / Marketing / Social Media
No vamos a decir que para crear una imagen de marca valiosa y duradera no hay que invertir en Branding, por supuesto que no. Pero la publicidad o el marketing tradicional no son los únicos aliados de la marca.
La evolución de las herramientas de internet, entre las que se encuentran las redes sociales, nos demuestran que el consumidor o el cliente tienen un papel cada vez más importante, por no decir vital para a la hora de dar vida a una marca.
¿Qué sentido tiene, si no, el perfil en Facebook de una compañía? ¿Por qué lanzar tweets si no es para llamar la atención de nuestro público y así entablar una conversación con él? La interacción es el primer paso a conseguir, pero hay que pasar al siguiente estadio. Es la hora del cortejo. Damas y caballeros, hay que ligar.
El trato cuidado, respetuoso, en la misma ‘onda’ con nuestro target nos acercará a él. Así se gana la confianza, con la cercanía. Entonces le caemos bien. Pero hay que continuar con el proceso. No queremos ser sólo amigos. Queremos que nos quiera.
Debemos estar ahí para hacerle sonreír, nuestra obligación es responder a sus dudas, ser su paño de lágrimas si es preciso. Así, cuando nos vean en una máquina de bebidas, en el stand de un supermercado o pasen por delante de una de nuestras tiendas, tal vez, con un poco de suerte, sientan mariposas en el estómago.
Definición de Embajador de Marca
Si enamoramos a nuestro cliente o a nuestro fan, habremos creado un embajador de marca. Una persona dispuesta a dar la cara por nosotros, alguien que nos va a defender pase lo que pase. No importa qué nuevo producto saque la competencia, incluso si es más avanzado que el nuestro. Estamos hablando de amor.
Para Elia Fibla, creadora del blog Superyuppies, un embajador de marca es “un cliente muy enamorado de una marca. Habla de tu marca porque es generoso y lo hace de gratis porque le chifla esa marca y lo comparte con el mundo. Por si esto fuera poco, además de recomendar y proteger tu marca a capa y espada ante cualquier tipo de ataque, colabora de forma constructiva a la mejora de la marca aportando ideas o consejos… Es decir, que un embajador de marca es un tesoro y hay que cuidarlo bien”.
Por su parte, en Puro Marketing entienden a estos embajadores como “clientes y seguidores más comprometidos con la marca, esos fans que se muestran más activos en los Social Media, donde interactúan habitualmente con la marca, y aquellos que ya han probado sus productos”.
Como veis, la razón no entra en juego en esta relación de marca y cliente. Están enamorados hasta las trancas.
¿Alguien ha visto a un ‘loco’ de la Coca Cola beber la Cola del súper? ¿Conocéis a algún fan acérrimo de Apple que tenga un iPhone y esté pensando en conseguir el último Samsung Galaxy? No, es más, además del iPhone, tiene un iPad, un Mac y espera con ansia la llegada del Apple Watch. Y ni si le pasa por la cabeza hacerse con otro aparato de la competencia, aunque tenga mejores garantías.
Pero cuidado. Ya sabemos que el amor se puede acabar, por eso es algo que se alimenta cada día. Prohibido descuidar la relación con nuestro embajador. Como en las relaciones personales, recuperar la confianza de un ex es casi imposible.
A pesar de que la creación de un embajador de marca es un proceso largo y complejo, es la mejor opción a largo plazo, es el culmen de la fidelidad a una marca. Si lo cuidas, nunca te abandonará, como Rexona.
Jaime Ferrán. Social Media Manager.
Fuentes:
– Superyuppies.
Imágenes: